Tomado de El País
Por Carolina García
Madrid
9/12/2011
Un estudio realizado por expertos del Centro Nacional de Colaboración para la Salud Mental (NCCMH) del Reino Unido echa por tierra uno de los argumentos que esgrimen las asociaciones que se oponen a la interrupción voluntaria del embarazo. "El aborto no aumenta el riesgo de padecer problemas de salud mental", establece la investigación. El trabajo señala que "existen serias limitaciones" para establecer relaciones causales entre gestaciones no deseadas (acaben en parto o en interrupción voluntaria) y la salud mental de las mujeres en esas situaciones.
Por Carolina García
Madrid
9/12/2011
"Cuando una mujer tiene un embarazo no deseado, los problemas de salud mental no difieren entre aquellas que ejercen su derecho al aborto y las que deciden continuar con la gestación", concreta el estudio. Frente a las afirmaciones de los grupos antiaborto -sostienen que la interrupción del embarazo ocasiona trastornos psicológicos de gravedad-, el estudio, que revisa 44 investigaciones sobre las consecuencias de los embarazos no deseados, establece que ante una gestación involuntaria a menudo surgen problemas mentales comunes (ansiedad, depresión). Los investigadores los consideran normales en una circunstancia así, pero advierten de que no se agravan en función de la decisión que tome la mujer: abortar o continuar la gestación. "Cuando una mujer tiene un embarazo no deseado, los problemas de salud mental no difieren entre aquellas que ejercen su derecho al aborto y las que deciden continuar con la gestación", concreta el estudio.
No obstante, según la decisión que tomen las mujeres, se observan distintas conductas: quienes abortan incurren en autolesiones en mayor medida que las que continúan el embarazo. En cambio, entre estas últimas es más frecuente que surjan trastornos como la psicosis.
El estudio realizado por la NCCMH añade que "en los países es los que se ha legalizado la interrupción del embarazo, casi el 95% de los abortos se deben a un embarazo no deseado y solo un 5% a malformaciones del feto o un riesgo claro de la salud de la madre", según el trabajo británico. En España, antes de la nueva regulación del aborto (2009), más del 96% de las mujeres alegaban riesgo patente hacia su persona. Por riesgo fetal tan sólo se daba en el 2,98%.
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